Imagina por un instante que despiertas en una realidad en apariencia similar a la que conoces pero, en vez de pertenecer a la raza dominante, observas con horror que esta vez estás sujeto a los caprichos de aquellos animales antes sumisos e indefensos. ¿Serviría esta situación para tomar conciencia de la terrible crueldad con que tratamos a otras especies animales?
Para intentar responder a esa interrogante, la ilustradora Barbara Daniels explora diversas situaciones que nos resultan familiares de una u otra forma, pero con una perturbadora diferencia: su obra nos regresa un reflejo descarnado de la forma en que nos relacionamos con los animales, pero esta vez siendo nosotros las víctimas de esa innecesaria crueldad que nos caracteriza como especie dominante.
Con una excelente técnica y gran detalle en cada escena, Barbara nos obliga a la reflexión al presentar un mundo donde los animales antropomorfizados se muestran ajenos al dolor y desesperación de los humanos que les rodean, una insensibilidad que conocemos muy bien.
Para aquellos incapaces de sentir empatía por el sufrimiento animal, la obra artística de Barbara bien puede ser un punto de partida para comenzar a hacerlo.
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